Pero ¿qué es el Reiki?

La explicación del Reiki siempre presenta desafíos, ya que este método japonés, arraigado en las tradiciones espirituales orientales, aún no es ampliamente conocido en Occidente. Una traducción común del término Reiki es «atmósfera sagrada» (Rei significa sagrada y ki, atmósfera), aunque esta definición deja más preguntas que respuestas.

Desarrollado por Usui Mikao Sensei a principios del siglo XX, el método espiritual conocido como Reiki se propone lograr el equilibrio y el bienestar espiritual del practicante, fusionando raíces budistas, sintoístas y taoístas. Su esencia radica en la transmisión de ki, la energía vital, a través de las manos y la práctica de la meditación y unos principios o valores espirituales. Este arte simple y natural beneficia la salud y el estado de ánimo, brindando relajación, fortaleciendo el sistema inmunológico y fomentando una mejor conexión consigo mismo.

Aunque en Occidente el Reiki es conocido como terapia, el Reiki es mucho más: es una práctica espiritual completa, un conjunto de técnicas que fomentan el bienestar y guían hacia un crecimiento interior. Desde etapas tempranas hasta avanzadas de la vida, el Reiki aporta silencio y claridad mental, siendo un compañero ideal para el complejo siglo XXI.

El Usui Reiki Ryoho, nombre completo de este camino espiritual, tiene como objetivo alcanzar el Anshin Ritsumei, un estado de completa paz y tranquilidad. Utilizando cinco prácticas, como la meditación Gasshô y la transmisión de ki, este camino se enseña en tres grados o cursos, llamados niveles de Reiki en las escuelas occidentales. En Japón, se conocen como shoden, okuden y shinpiden, con el último nivel dividido, en ocasiones, en dos subniveles.

Los cursos de Reiki, que pueden ser intensivos de fin de semana o clases regulares, ofrecen una formación teórica y práctica, culminando con un libreto y un diploma acreditativo. Comenzar a practicar Reiki solo requiere el curso de shoden, mientras que recibirlo como terapia no exige haber participado en ningún curso.

En última instancia, el Reiki se revela como un viaje de curación profunda y desarrollo espiritual, una práctica que trasciende los límites de la terapia para convertirse en un faro de equilibrio y conexión consigo mismo.

Jordi Ibern