Mikao Usui, el fundador del Reiki: historia y legado

Usui Mikao
21 de diciembre de 2024

La historia del Reiki se inicia con la figura inspiradora de Mikao Usui, más conocido entre los practicantes como Usui Sensei. Su vida es un viaje profundo de búsqueda espiritual, marcado por una entrega inquebrantable a los valores de paz y realización.

Mikao Usui nació el 15 de agosto de 1865, en el primer año del período Keio, en el pequeño pueblo de Taniai, situado en el distrito de Yamagata, prefectura de Gifu, en Japón. Mikao Usui provenía de una familia hatamoto de samuráis, ligados al clan Chiba, una casta elevada aunque con dificultades económicas en la infancia de Usui. Estos orígenes le dieron acceso a una educación rigurosa, en la que cultivó su amor por las artes, la poesía y la filosofía, todas ellas manifestaciones que resonaron en su vida y obra.

Desde joven, Usui Sensei estuvo inmerso en la filosofía budista de la escuela Tendai, siguiendo los pasos de sus padres, fervientes practicantes de esta corriente. En contraste con algunas versiones que afirman una posible afiliación cristiana, todo apunta a que Usui fue devoto de las enseñanzas budistas durante toda su vida. Incluso, al ser enterrado en el templo budista Saihō-ji de Tokio, queda reafirmada su conexión con la espiritualidad japonesa. Utilizó el nombre monástico de Gyoho, con el cual continuó su formación religiosa como monje Tendai laico.

Usui Sensei se casó con Sadako Suzuki, con quien tuvo dos hijos: Fuji y Toshiko. A lo largo de su vida, Usui asumió distintos roles y trabajos, una versatilidad que muestra su espíritu inquieto y curioso: fue periodista, funcionario de prisiones, trabajador social, secretario privado del político Shimpei Goto, y voluntario en un grupo sintoísta. Sin embargo, la verdadera motivación de Usui Sensei era encontrar la plenitud espiritual, una búsqueda que definió su vida y dio forma al método de sanación que, tiempo después, conoceríamos como Reiki.

Con el tiempo, y tras un periodo de profunda introspección, Usui Sensei decidió dedicarse completamente a la realización personal. Pasó al menos tres años en un monasterio zen en Kioto, donde profundizó en prácticas de meditación y disciplinas espirituales rigurosas, bajo el austero objetivo zen de alcanzar el Anshin Ritsumei, el estado de paz y serenidad perfectas.

Finalmente, buscando respuestas a sus inquietudes internas, Usui se retiró al Monte Kurama, una montaña sagrada en las afueras de Kioto, donde realizó un retiro de veintiún días durante la primavera de1922. Durante este periodo de meditación y ayuno, Mikao Usui experimentó lo que él mismo describió como la «Gran Energía Espiritual» (Reiki). Este despertar transformador le permitió alcanzar el Anshin Ritsumei y le inspiró a compartir su descubrimiento con el mundo. En abril de ese mismo año, fundó en Tokio la Shin Shin Kaizen Usui Reiki Ryoho Gakkai —Sociedad para la mejora de la mente y el cuerpo— dedicada a enseñar y expandir el Reiki en Japón.

El Reiki, tal como lo enseñaba Usui Sensei, tenía un propósito esencialmente espiritual. Su enfoque innovador incluía las Reiju (iniciaciones), un componente fundamental de las enseñanzas del Reiki que conecta a los estudiantes con la Gran Energía Espiritual, buscando despertar en ellos una conciencia plena. Con el tiempo, el método fue evolucionando y adoptando características de la medicina energética, especialmente bajo la influencia de Chujiro Hayashi, uno de sus alumnos más destacados.

Las posiciones de manos sistemáticas que hoy asociamos con el Reiki fueron introducidas más tarde, en gran parte para asistir a los practicantes principiantes. Asimismo, los símbolos que forman parte de la práctica actual del Reiki fueron incluidos con el objetivo de facilitar la canalización energética y cultivar compasión y conciencia.

Las enseñanzas de Reiki de Usui Sensei ganaron renombre tras el Gran Terremoto de Kantō en septiembre de 1923, una catástrofe que devastó Tokio y alrededores, causando la muerte de más de 140.000 personas. La solidaridad de Usui Sensei y sus discípulos, que ofrecieron sesiones de Reiki a innumerables víctimas, marcó un hito en su vida. Su entrega no pasó desapercibida y le valió la condecoración del emperador japonés con el Kun San To, un reconocimiento a su labor humanitaria.

Usui Sensei dedicó los últimos años de su vida a difundir el Reiki por todo Japón. Falleció el 9 de marzo de 1926, a los 62 años, y fue enterrado en el templo Saihō-ji, donde una gran lápida conmemorativa narra su vida y su contribución espiritual. En las inscripciones de su tumba, se menciona que enseñó Reiki a más de dos mil estudiantes, aunque en sus anotaciones personales solo consta haber instruido a unos setecientos.

Muchos de sus discípulos establecieron sus propias escuelas y centros de Reiki, contribuyendo a la expansión de esta práctica. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial y la prohibición de actividades espirituales, entre ellas el Reiki, durante la posguerra extinguieron casi todas las organizaciones. A pesar de estos desafíos, el Reiki encontró su camino hacia Occidente, y el legado de Usui Sensei permanece vivo en miles de practicantes que ven en él una inspiración para alcanzar la paz y la plenitud.

Usui Sensei no solo fundó una técnica de sanación; en su búsqueda incansable de paz interior y su compromiso con el bienestar de los demás, dejó un legado de compasión y espiritualidad. Su vida es un recordatorio de que la verdadera paz no es solo un estado, sino un camino de autodescubrimiento y crecimiento que puede cambiar la vida de quienes eligen recorrerlo.

Jordi Ibern

Otros artículos